¿Cómo recorrer Marruecos viendo casi de todo en ocho días?
Haciendo muchos kilómetros por jornada, claro. Es por eso que decidimos hacer este viaje de piraos en coche, exprimiendo al máximo nuestro tiempo allí. Desde Tanger Med pusimos rumbo a Fez, donde pasamos la primera noche. Caminar por las calles de su medina y visitar el barrio de los curtidores, es algo obligado.
Las curtidurías
Y terrazas donde comer algo y descansar, antes de proseguir nuestro camino hacia el sur...
Atravesando los cedrales de Ifrane
Pernoctando en Midelt, punto intermedio antes de adentrarnos en el desierto
Y sin detenernos, seguimos hacia Merzouga, en los inicios de las arenas del Sáhara...
La majestuosidad del desierto nos embriaga. Pero aún queda una marcha de casi una hora en camello hasta nuestra jaima, en mitad de la nada. An algún punto entre Merzouga y la frontera argelina.
Temprano, a la mañana siguiente, escalamos una de las más altas dunas, para contemplar el espectáculo del amanecer perdidos en la más remota lejanía de las arenas del desierto
Es el momento de regresar a Merzouga, y proseguir con nuestro camino
Ponemos rumbo al oeste, hacia el Alto Atlas, a través de vergeles y escarpadas gargantas
La espectacular garganta de Dadès
Pernoctando en Ouazarzate
Y poniendo rumbo a la pequeña aldea de Imlil, en los valles del Toubkal
Allí dejamos el coche y nos dispusimos a escalar el techo de Marruecos y de África del Norte. La primera jornada transcurre desde Imlil, situada a unos 1.800 m, hasta el refugio del Toubkal, a 3.200 m. 1.400 metros de desnivel para ir abriendo boca de cara a la jornada de cumbre
Al haber salido de Ouazarzate, llegamos al refugio del Toubkal muy tarde, aunque el personal se portó y nos preparó una sopa y algo de comer. Temprano a la mañana siguiente, y en completa soledad, salimos para la cumbre
Poca nieve, aunque durísima. Los crampones apenas mordían unos pocos milímetros. Perfecta para progresar, pero de la de no caerse. El tiempo, por otro lado, estupendo
Tras salir de la gran canal encaramos las últimas pendientes hasta la cumbre
Hasta alcanzar los 4.167 m del Toubkal, techo de Marruecos y del África del Norte
Iniciamos el descenso al refugio, tras un estupendo día de montaña. A la mañana siguiente, de nuevo vuelta a Imlil desde donde pondríamos rumbo a Marrakech
De noche, tras una ducha rápida, salimos a recorrer las callejuelas de la ciudad, perdiéndonos entre el gentío de la plaza Yamaa el Fna
Con sus gentes
Y buenos rincones donde dormir
A la mañana siguiente, nos disponemos a cruzar todo el país camino de Chefchaouen, donde pasaremos nuestro último día aquí
Todo un placer pasear por las calles de su medina azul
Sin duda, un viaje alucinante, exprimiendo al máximo nuestro tiempo en el país, visitando ciudades, recorriendo gargantas, adentrándonos en el desierto y escalando la más alta de sus cumbres. Un país estupendo, sin duda.
Espero que os haya gustado.
Saludos.
Miguel Navarrete
Diciembre de 2015