Reino de las montañas Altai

Reino de las montañas Altai

sábado, 20 de abril de 2013

Jordania, entre desiertos y ciudades nabateas



Jordania, tierra de rojas arenas e históricas ciudades.


Os dejo por aquí algunos disparos de mi paso por el país. En primer lugar, tal vez el rincón más maravilloso de Jordania; es majestuoso desierto del Wadi Rum.

Cae la noche en el Wadi Rum
Primeras luces

Amanece en el corazón del Wadi Rum





Maravilloso desierto de arenas rojas y gigantes calizos que se elevan majestuosos hasta donde se pierde la vista.



Extrañas formaciones horadadas por el agua y la erosión eolica 

Horizontes de colores y texturas
Mamuts petrificados
La vida, abriéndose paso en cualquier lugar

Cae la tarde y el Wadi Rum se inunda de tonos anaranjados.

Se acerca el ocaso

Vuelve la noche. Es hora de partir.


Siguiente parada, Petra, la ciudad de piedra nabatea. Poco se puede de ella, más que mostrar sus imágenes.


Cañón de acceso al complejo de Petra

Sintiéndote como un explorador, como aquella película que viste de joven, nos vamos acercando a la salida del cañón para contemplar el impresionante Templo del Tesoro. 

A las puertas del Templo del Tesoro


 Seguimos nuestro camino recorriendo las colinas de Petra, sus rincones y lugares.

Vista de la parte central de la ciudad

 En el otro extremo, el Deir o Monasterio

El Deir

Volvemos hacia el cañón; cae la tarde. 


No podíamos abandonar el país sin contemplar las aguas del Mar Muerto, punto más bajo de las tierras emergidas (- 416,5 m), con una salinidad promedio del 35 por mil; unas ocho veces más salada que los océanos. 

Orillas turquesas del Mar Muerto


Sal precipitando en cada orilla


Frente a nosotros, las costas de Palestina

Dos años más tarde, de nuevo recorremos las cercanas tierras jordanas. El verano se aproxima, aunque la mayoría de sus wadis siguen cargados de agua.

Cañones descendiendo al Mar Muerto.









Y de vuelta en Amman, la ciudad gris...







Sin duda, un bello país que recorrer. Viajes realizados en octubre del año 2011 y junio de 2013.



Miguel Navarrete
Beirut, abril de 2013


lunes, 15 de abril de 2013

Egipto, entre arenas y roca



Egipto, noviembre de 2012. Tras las mayores revueltas producidas en los últimos días y aún sumido en la resaca de las protestas y muertes de Tahrir, me adentré en el país a través de sus desiertos. Una auténtica maravilla.

Camino del sur, a través de oasis y paisajes desoladores, recorrería en compañía de mi buen amigo Julio los desiertos Negro, de Cristal y finalmente Blanco. Os dejo algunas instantáneas.


Desierto Negro


Nos salimos de la vía principal de comunicación para adentrarnos a través de las arenas en busca del Desierto de Cristal

Desierto de cristal

Cae la tarde y buscamos refugio para pernoctar en el corazón del espectacular Desierto Blanco egipcio. Sin duda, uno de los desiertos más extraños que he visitado.

Adentrándonos en el Desierto Blanco
Ocaso en el corazón del Desierto Blanco

Extrañas y aisladas formaciones rocosas de color claro abundan por toda la zona, contrastando con el color dorado de la arena. Bajo esta, el lecho rocoso se extiendo por toda la superficie, dando la impresión de estar caminando por el lecho de un antiguo mar, ahora seco.

Últimas luces
Cae la noche en el Desierto Blanco
Noche en el Desierto Blanco

Se escurre la noche camino del amanecer (recuerdo el suave tacto de la arena fría en mis pies desnudos)

Pasamos la noche al calor de una fogata, con buena comida y compañía beduina, con historias, pasajes y sonidos que rompen el descomunal silencio del desierto.

Primeras luces, amanece en el Desierto Blanco
Amanece en el Desierto Blanco

Primeras luces, amanece en el Desierto Blanco

El color del nuevo día da un aspecto aún más espectacular a este solitario entorno. Es una sensación única caminar descalzo por este paraje, sin escuchar nada, salvo la suave brisa barriendo la inmensidad.

Avanza el día
Bosques fósiles

Sin duda, uno de los lugares más extraños que he visitado... El Atacama chileno es completamente descomunal, y el Wadi Rum Jordano de belleza sublime, pero este desierto es ciertamente un lugar extraño.

Por la mañana, ante de partir tras una estupenda noche en el Desierto Blanco, con buena comida, compañía y todo un cielo descomunal para nosotros
Desierto de arena

Desierto de arena

Es hora de volver a El Cairo y su bullicio, y por qué no, visitar las pirámides de Guiza. Tal vez tan laureadas que a primera vista saben a poco. Pero un buen pateo por las inmediaciones del complejo bien merece la pena.


Camino a las pirámides
Panorámica de las pirámides de Guiza
Pirámide de Kefrén
Pirámide de Kefrén
La gran Esfinge de Guiza
Me despido de las pirámides

Toca recorrer El Cairo a través de sus barrios, de sus callejuelas y plazas.

Parte de El Cairo desde la Ciudadela
La Ciudadela
Barrio islámico, El Cairo





Barrio islámico, El Cairo

Downtown






Me despido desde el café de los espejos, rumbo de nuevo a Beirut...


Café delo espejos, barrio islámico. El Cairo.


Miguel Navarrete
Beirut, abril de 2013