Reino de las montañas Altai

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domingo, 6 de octubre de 2013

Nevado Ishica (5.530 m). Cordillera Blanca, Perú.


Breve crónica de mi paso por la Cordillera Blanca, en Perú.

Tras aterrizar en Lima, preparamos el material y cogeremos el autobús que nos lleverá al norte, a Huaráz, cuidad a los pies del coloso Huascarán.

Salimos de Lima...



A través de la panamericana norte, entre desiertos de dunas que caen al Pacifíco...



Hasta llegar a Huaraz, donde disfrutar de su gastronomía y preparar el material necesario para atacar el nevado Ishica





Camino del campo base del Ishinca y el Tocllaraju, aparece el coloso Huascarán (6.768 m)


Seguimos hacia arriba...





A través de páramos primero y bosques después, buscando la quebrada del Ishinca, que remontaremos.



Hasta llegar al campo base del Ishinca (5.530 m) y el Tocallaraju (6.032 m)


Cae la noche sobre el base...






A la mañana siguiente, sin ninguna aclimatación y tan sólo después de 4 días de haber aterrizado en Lima, atacamos el nevado...




A medio camino me desencordo del grupo y continuo en solitario hacia la cumbre...


Algunas instantáneas desde la cumbre del Ishinca, a 5.530 m


El Tocllaraju...




El Huantsan (6.369 m)...


La delgada arista cimera de la cima del Ishinca


Vídeo de cumbre:

Cima del Ishinca (5.530 m)

Van llegando los compañeros


Tras disfrutar un buen rato de la cumbre, iniciamos el descenso.




Tras pasar otra noche en el base, me despido de mis compañeros pues he de volver a casa. Camino de Huaráz, me despido de estos colosos andinos.


Al día siguiente cojo otro autobús de vuelta a Lima, cruzando la Cordillera Negra, camino de la costa.



Como siempre, más fotos y comentarios aquí:

Nevado Ishinca (5.530 m). Cordillera Blanca, Perú.


Saludos,


Miguel Navarrete
Beirut, octubre de 2013

2 comentarios:

  1. Miguel, aunque ya vi tu reportaje en el foro, no puedo pasar sin comentar algo.
    Supongo que esas laderas inclinadas con esa formación extraña del manto niveo, provocada por la fuerza del viento, supongo, he de ser incómoda para avanzar cuando la temperatura está aun baja.
    Por cierto, la primera vez que leí sobre el Huascarán Norte, en un libro de Carlos Vallés, me entusiasmó muchísimo. Gracias por compartir esos momentos.

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  2. Así es, Fran. No son nada cómodas esas pendientes. Se asemejan un poco a los campos de penitentes del Atacama, pero no son de hielo. Y respecto al Huascarán, sin duda debe ser todo un montañón…

    Un saludo,

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